Si quieres conseguir buenos amigos puedes:
1. Buscar una persona, la que quieras.
2. Salúdalo/a y intenta buscar un tema que os guste a los dos.
3. Se divertido con él/ella e intenta hacerle gracia.
4. Agrégalo al wasapp.
5. Intenta hablar con el/ella.
6. Comparte información con el/ella.
8. Hablar de cosas graciosas o de hechos que han pasado.
9. Júntate a sus amigos o júntate con sus amigos.
10. Respétalo, no lo insultes, pero bromea un poco.
Los versos de amor molan un montón. Tema: Rechazo a una persona. 10 versos arte menor, y rima consonante.
No te acerques
Yo te voy a confesar,
una embolia me vas a dar
como yo te vuelva a divisar.
Tengo que revisar
mi agenda para quedar,
y contigo no voy a estar,
o sinó te voy a matar
Tienes cabeza de higo,
no quiero que estes conmigo
tampoco que seas mi amigo.
Buscar información de G.A.Bécquer. Localiza una de sus rimas y explica por qué te ha gustado.
Fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico. Aunque en vida ya alcanzó cierta fama, solo después de su muerte y tras la publicación del conjunto de sus escritos alcanzó el prestigio que hoy se le reconoce. Una de sus rimas es:
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!